EL MISTERIOSO DUENDE MORADO
Según contaba la leyenda, un buen
día en el colegio Salesianos Atocha de Madrid, un pequeño duende morado volaba
por encima del edifico y espolvoreó unos polvos de colores mediante los cuales
convirtió en piedra a los profesores, alumnos, aulas, materiales y todo lo que
se encontraba en ese colegio. Pero pasó algo sorprendente, dos de los niños que
se encontraban en él, Eva y Raúl, fueron los únicos supervivientes al hechizo.
Asustados y sin saber qué hacer salieron corriendo al patio y allí se
encontraron un cofre y una carta. La carta decía lo siguiente:
¨Habéis sido los elegidos. Si queréis recuperar a vuestros compañeros,
profesores y colegio deberéis seguir las instrucciones que más tarde os daré.
Estas instrucciones os llevarán hasta el tesoro, la clave que abre este cofre.
Tener mucho cuidado, prestar mucha atención a las indicaciones y no hagáis
trampas, ya que las consecuencias serán negativas. En vuestras manos está que
todo vuelva a la normalidad y no os olvidéis que esto es un secreto, no podéis
contárselo a nadie y mucho menos pedir ayuda, ya que si lo hacéis seréis
convertidos en piedra también. Mucha suerte y aunque no me veáis, os tengo
vigilados.¨
Firmado: EL duende Malvado.
Sorprendidos ante lo ocurrido,
Eva y Raúl no dudaron en comenzar lo antes posibles a buscar el código que
abriría el cofre. Para ello, tuvieron que seguir las siguientes indicaciones
que venían inscritas en la carta:
1. Sal
del colegio y dirígete en la dirección en la que sale el sol, hacia la calle
cuyo nombre se caracteriza por ser un título nobiliario de Valdavia. Tras unos
metros y caminando en la dirección en el que se encuentra tu corazón, te
encontrarás con una avenida cuyo nombre representa a uno de los grandes clubes
de fútbol españoles. Pero no corras mucho, ya que si miras bien a tu alrededor,
deberás subir por la calle del Pacificador,
hijo de Isabel II de España. Cógela y camina por ella hasta llegar a la calle
con el nombre de un político español cuyo libro más famoso es ¨Dictámenes¨. En esta calle deberá usar Sreet view y verás
una furgoneta blanca aparcada con el nombre de la empresa Mobiliar. Toma nota
de los números que aparecen en la matrícula, ya que formaran parte del código para
abrir el cofre.
2. De
frente te encontrarás la plaza que se caracteriza por su fidelidad o devoción y
junto a ella el famoso paseo de tierra llana y hierba verde y suave. Adéntrate
en este paseo y a setenta y cuatro metros escasos y girando en dirección de las
agujas del reloj encontraréis el museo que estáis buscando.
Cuando llegaron al museo
encontraron otra carta del duende que decía lo siguiente:
¨Veo que sois unos niños muy listos y astutos pero el desafío no acaba
aquí. Tenéis la mitad del código y para conseguir el resto debéis adentraros en este museo tan maravilloso y continuar con las indicaciones como habéis hecho hasta ahora. No os olvidéis que las trampas acabarán con vuestra aventura.¨
3. Una
vez que conozcas su nombre busca en Google la página web del museo para poder
completar el código que abre el cofre mágico.
- En ella
deberás de buscar la pestaña que lleva el título de MUSEO. La abres y verás que
te dan siete alternativas y tú deberás escoger la opción en la que te explica la
colección de elementos del museo.
- Ahí se te
ofrecen 8 posibilidades y ahora deberás ver los instrumentos científicos y
astronómicos que forman parte del museo.
- Como buenos
alumnos y ya que sois los elegidos, deberéis de leer el texto y apuntar en una
hoja cuantos instrumentos científicos se encuentran en el museo, ya que más
tarde este número os será de utilidad.
4. Ahora
es vuestro turno, debéis de sumar los dos números que habéis conseguido durante
la aventura y el resultado dividirlo entre dos. El resultado será la cifra que tenéis
que introducir en el cofre para averiguar que hay en su interior.
Cuando Raúl y Eva obtuvieron el
código, se dirigieron corriendo al colegio. Cansados y muy confundidos sobre lo
ocurrido, cogieron el cofre e introdujeron el número…

Este código era 4221 y al abrir
el cofre había una hoja pequeña doblaba y un reloj, mejor dicho un cronometro
de color dorado. Al abrir la hoja los niños vieron que ponía:
¨
Pequeños pero grandes, inteligentes y astutos sois, veo que habéis
conseguido descifrar el código. Ahora tenéis que usar vuestras dotes como
estudiantes, demostrar que vuestros profesores os han enseñado bien a leer y, en
menos de un minuto, leer tres veces el siguiente trabalenguas. Lo debéis de
decir los dos a la vez, como si de un conjuro se tratase, pero sin
equivocaciones, ya que si os confundís en una sola palabra, vosotros os convertiréis
en dos bellas piedras:
TRABALENGUAS: Pedro Piedra con el martillo la piedra repiquetea. Repiqueteando,
repiqueteador, Pedro Piedra es el mejor.¨
Pasado 1 minuto, el cronometro
empezó a sonar y en su pantalla se veía como iban disminuyendo los segundo. Raúl
y Eva empezaron a leerse en voz baja el trabalenguas una y otra vez. Así hasta
20 veces, cuando de repente un pitido
empezó a sonar, ¡ya se había acabado el minuto! Los dos se miraron, contaron
hasta tres y empezaron a decir el trabalenguas…
FINAL DE LA HISTORIA
RAÚL
Pasado un tiempo Raúl vio un botón gordo y dorado en el
reloj. Le pulsó y apareció una llave. Los dos, Raúl y Eva, fueron
corriendo al colegio y buscaron entre los trozos del colegio y apareció un
candado.
Eva metió la llave en el candado y volvieron todos: los
alumnos, los profesores, las clases y todo el colegio.
Al día siguiente Raúl y Eva se levantaron y se dieron cuenta
de que todo había sido un maravilloso sueño y que los dos habían soñado lo
mismo.